El verde de la primavera no llega sólo con los brotes, Barcelona se está vistiendo con atuendos ecologistas y se perfuma con iniciativas de vanguardia.
Las últimas semanas han tenido lugar en espacios públicos y recintos Veggie world, Expo eco Salud, la Fira de la Terra y Biocultura; ferias que hacen honor a un espíritu de concienciación por un estilo de vida saludable y de respeto hacia el medio ambiente.
Dados por descontados los infaltables puestos comerciales, típicos de eventos de consumo, se han desplegado también propuestas desde el trabajo corporal y crecimiento personal hasta difusión de ideas y conceptos éticos sociales políticos, ecologistas y animalistas: Un menú apetecible para el apetito social condal.
Asociaciones preocupadas por los derechos de los animales o la preservación del Medio Ambiente marcan tendencia hacia un revolucionario paradigma social que propone desdibujar el antropocentrismo imperante, donde el egocentrismo humano es cuestionado para dar lugar a modelos donde primen la empatía, la compasión y el respecto, valores trascendentales que van más allá de una cortoplacista satisfacción de necesidades primarias, cuando no, inventadas.
Activistas animalistas juntan firmas para la Plataforma Zoo XXI, propuesta para reconvertir el zoo en un espacio educativo y libre de crueldad hacia la condena a confinamiento de animales que tienen el mismo derecho a la vida (y a una existencia digna) que nosotros.
Performances callejeras donde se muestra el maltrato que padecen nuestros semejantes, fundaciones y protectoras de animales abandonados que difunden un nuevo orden social, en el cual nuestros roomates de planeta adquieran un lugar de mayor equidad, un modelo donde estemos en el mismo nivel de trato ético y respecto de necesidades básicas; donde el ser humano deje de ser perpetrador de sufrimiento erigiéndose en un peldaño superior, y deje lugar a una igualdad existencial. Para que entendamos que los animales están aquí para vivir con nosotros, y no para nosotros. Que son nuestro par, igual. Y no nuestros esclavos, mercancías o recursos.
Es hora de marcar una fisura en nuestro molde antropocéntrico: Ya hemos evolucionado de la teoría geocéntrica al heliocentrismo; la ciencia marcó un nuevo rumbo a partir de la teoría evolucionista de Darwin versus una génesis divina; hoy día nos toca ubicar a los animales en el mismo nivel de ponderación que el humano. No somos superiores, somos semejantes.
Así como el hombre blanco ya no es superior a la piel de color, o el colectivo masculino no tiene más poder que el colectivo femenino… es hora de anunciar un nuevo escenario social, donde los animales sea sujetos de derechos.
Y qué mejor honor para Barcelona ser un epicentro turístico internacional, también ser un referente ético entre las naciones. Recientemente el Ayuntamiento ha declarado a la ciudad la primera vegan friendly en el mundo. Ser reconocido por emblemas arquitectónicos y además, revoluciones morales, es una fama impecable que tenemos el honor de embanderar.